¿Cómo funciona la poda y porqué se hace?


La poda funciona al influir en el crecimiento y desarrollo de las plantas mediante la eliminación selectiva de partes como ramas, brotes o flores. Se realiza por varias razones, entre las que se incluyen:

  1. Estimular el crecimiento: La poda puede promover el crecimiento vigoroso y renovar la planta, especialmente en el caso de la poda radical.
  2. Mejorar la forma y estructura: La poda arquitectónica da forma a la planta, optimizando la penetración de la luz y el flujo de aire, lo que favorece un crecimiento más saludable.
  3. Mantenimiento de la salud: La poda de mantenimiento elimina partes muertas o enfermas, reduciendo el riesgo de enfermedades y plagas, y fomentando la vitalidad de la planta.

Cuando los residuos de la poda se dejan en el suelo (práctica conocida como “mulching”), tienen varios efectos beneficiosos:

  1. Mejora del suelo: Los restos de poda aportan materia orgánica al suelo, mejorando su estructura y capacidad de retención de agua.
  2. Retención de humedad: El material de la poda en el suelo actúa como una capa protectora, reduciendo la evaporación y ayudando a retener la humedad.
  3. Prevención de malas hierbas: El mulching ayuda a suprimir el crecimiento de malas hierbas al bloquear la luz solar y reducir la competencia por nutrientes.

En conjunto, la poda y el manejo adecuado de los residuos pueden mejorar la salud de las plantas, aumentar la productividad y contribuir a la sostenibilidad del terreno circundante.


¿Qué tipo de plantas resisten bien a la poda?


Numerosas plantas responden bien a la poda, y la capacidad de resistir este proceso a menudo depende de la especie y su naturaleza de crecimiento. Algunos tipos de plantas que generalmente toleran bien la poda incluyen:

  1. Arbustos ornamentales: Muchos arbustos, como rosales, hortensias y lilas, responden positivamente a la poda para estimular el crecimiento y mejorar la forma.
  2. Árboles frutales: Frutales como manzanos, perales y ciruelos suelen beneficiarse de la poda para mejorar la producción de frutas y mantener una estructura saludable.
  3. Plantas de hoja perenne: Ejemplos incluyen arbustos como el boj o la adelfa, que pueden ser podados para mantener su forma y tamaño deseado.
  4. Plantas herbáceas perennes: Algunas plantas perennes, como las flores ornamentales, pueden beneficiarse de la poda para estimular un nuevo crecimiento y prolongar su vida.
  5. Plantas de jardín y césped: Hierbas ornamentales, como la lavanda, y plantas de jardín, como las rosas, son comúnmente podadas para mantener su salud y apariencia.

Es importante tener en cuenta las características específicas de cada especie y seguir las prácticas adecuadas de poda para maximizar los beneficios y minimizar el estrés para la planta.

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