Condensación


La condensación es una de las fases del ciclo del agua en la que el vapor de agua en la atmósfera se transforma en líquido. Ocurre cuando el vapor de agua, que es invisible, se enfría y se convierte en pequeñas gotas de agua o cristales de hielo visibles. Este proceso es el resultado de una disminución en la temperatura del aire o del contacto con una superficie fría.

La condensación es fundamental en el ciclo del agua porque permite la formación de nubes. Cuando el aire húmedo y cálido se eleva en la atmósfera, se encuentra con masas de aire más frías en altitudes superiores. A medida que el aire se enfría, no puede retener la misma cantidad de vapor de agua, lo que lleva a la condensación. El vapor de agua se adhiere a partículas en suspensión, como polvo o aerosoles, y se agrupa para formar pequeñas gotas de agua. Estas gotas se agrupan aún más para formar nubes visibles en el cielo.

Las nubes son masas de agua líquida o hielo suspendidas en el aire. Pueden variar en forma y altura según las condiciones atmosféricas. Cuando las nubes continúan creciendo y las gotas de agua o los cristales de hielo se vuelven lo suficientemente grandes, la gravedad actúa y las gotas caen hacia la superficie de la Tierra en forma de precipitación, como lluvia, nieve, aguanieve o granizo.

En resumen, la condensación es la transformación del vapor de agua en la atmósfera en pequeñas gotas de agua o cristales de hielo. Este proceso es esencial para la formación de nubes y juega un papel clave en el ciclo del agua, ya que contribuye a la precipitación y al suministro de agua en la Tierra.