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Chuchu


Sechium edule es una planta tropical perteneciente a la familia de las cucurbitáceas. Su nombre común es chuchu o chayote, aunque también se le conoce como guatila, papa del aire, chuchu, cidrayota, entre otros.

El chayote es una enredadera perenne que puede alcanzar longitudes de hasta 10 metros. Tiene un tallo delgado y leñoso, con hojas grandes y acorazonadas. Las flores son pequeñas, blancas o amarillentas, y se agrupan en racimos. El fruto del chayote es de forma variable, generalmente ovalado o periforme, con una piel lisa y verde. En su interior, contiene una pulpa jugosa y crujiente de color blanco o verde claro, con una única semilla grande en el centro.

Existen varias especies dentro del género Sechium, pero la especie más cultivada y conocida es Sechium edule. En cuanto a sus propiedades alimenticias, el chayote es bajo en calorías y rico en fibra, vitaminas C y E, potasio y antioxidantes. Se puede consumir crudo en ensaladas, cocido al vapor, hervido, salteado o incluso en conservas.

Los productos comerciales más conocidos del chayote incluyen chayote enlatado, chayote encurtido y chayote en conserva. Además, las hojas y brotes jóvenes del chayote también son comestibles y se utilizan en algunos platos tradicionales.

El chayote se cultiva en climas cálidos y tropicales, preferentemente en suelos bien drenados y ricos en materia orgánica. Es una planta de rápido crecimiento y requiere un soporte o enrejado para trepar. Se puede propagar mediante semillas o mediante la siembra de los frutos maduros.

En cuanto a las necesidades de nutrientes, el chayote requiere un suelo rico en materia orgánica y nutrientes balanceados. Se recomienda realizar análisis de suelo para determinar las necesidades específicas de fertilización. Los fertilizantes orgánicos como el compost, estiércol y abonos verdes son ideales para enriquecer el suelo.

En permacultura o agrofloresta, se pueden asociar diversas plantas con el chayote para crear un sistema más equilibrado y autosuficiente.

Algunas opciones podrían ser:

  1. Banano: Los bananos proporcionan sombra y protección contra el viento, además de aportar materia orgánica al suelo a través de la descomposición de sus hojas.
  2. Frijol trepador: Los frijoles trepadores pueden utilizar las enredaderas del chayote como soporte, beneficiándose mutuamente. Además, los frijoles fijan nitrógeno en el suelo, enriqueciéndolo.
  3. Calabaza: La calabaza también es una enredadera que se puede asociar con el chayote. Ambas plantas se benefician del soporte mutuo y comparten recursos.
  4. Hierbas aromáticas: Plantas como la albahaca, el cilantro o el perejil pueden ser cultivadas junto al chayote para repeler plagas y atraer insectos beneficiosos.
  5. Girasol: El girasol puede proporcionar sombra parcial al chayote y atraer polinizadores. Además, sus raíces profundas ayudan a mejorar la estructura del suelo.

Al asociar estas plantas, se promueve la biodiversidad, se reducen las plagas y se fomenta la fertilidad del suelo de manera natural, evitando la necesidad de fertilizantes y pesticidas químicos.